Ciclo "ELLOS LO HICIERON" // Especial Entrevista Invertida: ELLOS PREGUNTAN
Entrevista a Leticia Mato de Artista Emprendedor.
ELLOS LO HICIERON: Ellos preguntan
1 a 10 Leticia responde:
"Sobre hombros de gigantes"
Una yapita... un bonus track. Un cierre distinto.
Como habrás visto en las entrevistas anteriores, ser emprendedor no es un trabajo, si no un estilo de vida. Y algo que bien diferencia a un emprendedor exitoso de otro, es que más que buscar respuestas, los primeros se enfocan en formular mejores preguntas.
Así, luego de cada mano a mano realizado, cada Artista Emprendedor nos dejó una pregunta para que Leticia respondiera al final de este Ciclo.
Esta es una entrevista invertida. Ellos preguntan, Leticia de Artista Emprendedor responde con una reflexión: "Sobre hombros de gigantes"
Como habrás visto en las entrevistas anteriores, ser emprendedor no es un trabajo, si no un estilo de vida. Y algo que bien diferencia a un emprendedor exitoso de otro, es que más que buscar respuestas, los primeros se enfocan en formular mejores preguntas.
Así, luego de cada mano a mano realizado, cada Artista Emprendedor nos dejó una pregunta para que Leticia respondiera al final de este Ciclo.
Esta es una entrevista invertida. Ellos preguntan, Leticia de Artista Emprendedor responde con una reflexión: "Sobre hombros de gigantes"
Mano a mano 1 a 10: "Sobre hombros de gigantes"
Llevando adelante este ciclo se me planteó una oportunidad infinita en posibilidades: dar a conocer el trabajo de más artistas emprendedores. No voy a negar que acceder a ponerme esto al hombro tuvo un origen puramente egoísta que radicó en tener acceso al conocimiento que podía absorber de estos maestros que tomaron el camino distinto, el camino difícil.
Sabía que sería la primera en recibir las palabras y los secretos de cómo y porqué lo hicieron, de meterme en la cocina de sus emociones, de sus pensamientos. De cómo sus pensamientos se transformaron en emociones. De como sus emociones se transformaron en acciones, y de como sus acciones se volvieron su destino.
Claro que fue egoísta. Yo sería el intermediario entre ese conocimiento y un público con el que amo trabajar, el de los emprendedores. Y no solamente el de los artistas emprendedores, si no, el de todos los emprendedores, de todos los universos. Porque de esto se trató este Ciclo, y sobre este pilar fundé Artista Emprendedor: conectar dos mundos, que no deberían, pero aún están separados, mirándose de lejos, en líneas paralelas que con un poco de timidez a veces se cruzan y surgen chispas increíbles pero no llegan a hacer fuego.
Fui muy afortunada de tener estos diez mano a mano con estos maestros. Pude detectar varios patrones en común que los mueven a todos, sin importar el ámbito en el que se muevan como pez en el agua, sin importar si los mueve la música, el arte plástico, el teatro, la danza o cambiar el mundo. Y el más impactante fue el que cambiaba de nombre pero siempre estaba ahí. Todos coincidieron en un "algo", una "llama". Otros le decían Pasión, otros Duende. Topolansky se refirió al "brillo en los ojos", Loureiro le dijo "llamita", Patricia habló de "sangre", pero en definitiva todas esas gotas coincidían en el mismo río: el espíritu emprendedor.
Hoy me toca responder a sus preguntas. Para eso me tomé mi tiempo, pero por sobre todo, traté de pararme sobre los mismos hombros de gigantes sobre los que todos parecen moverse para tener una mejor visión.
Gracias por su confianza. Gracias por su desnudez.
Sabía que sería la primera en recibir las palabras y los secretos de cómo y porqué lo hicieron, de meterme en la cocina de sus emociones, de sus pensamientos. De cómo sus pensamientos se transformaron en emociones. De como sus emociones se transformaron en acciones, y de como sus acciones se volvieron su destino.
Claro que fue egoísta. Yo sería el intermediario entre ese conocimiento y un público con el que amo trabajar, el de los emprendedores. Y no solamente el de los artistas emprendedores, si no, el de todos los emprendedores, de todos los universos. Porque de esto se trató este Ciclo, y sobre este pilar fundé Artista Emprendedor: conectar dos mundos, que no deberían, pero aún están separados, mirándose de lejos, en líneas paralelas que con un poco de timidez a veces se cruzan y surgen chispas increíbles pero no llegan a hacer fuego.
Fui muy afortunada de tener estos diez mano a mano con estos maestros. Pude detectar varios patrones en común que los mueven a todos, sin importar el ámbito en el que se muevan como pez en el agua, sin importar si los mueve la música, el arte plástico, el teatro, la danza o cambiar el mundo. Y el más impactante fue el que cambiaba de nombre pero siempre estaba ahí. Todos coincidieron en un "algo", una "llama". Otros le decían Pasión, otros Duende. Topolansky se refirió al "brillo en los ojos", Loureiro le dijo "llamita", Patricia habló de "sangre", pero en definitiva todas esas gotas coincidían en el mismo río: el espíritu emprendedor.
Hoy me toca responder a sus preguntas. Para eso me tomé mi tiempo, pero por sobre todo, traté de pararme sobre los mismos hombros de gigantes sobre los que todos parecen moverse para tener una mejor visión.
Gracias por su confianza. Gracias por su desnudez.
ELLOS PREGUNTAN:
MARÍA ELENA PÉREZ: ¿Porqué creés que está tan instalado en la sociedad artística la no valorización del trabajo?

Leticia: Arrancamos bien difícil... Siempre dije que mientras existan quienes trabajen gratis, estaremos los "avivados" que pretendemos cobrar.
Creo que cuando algo está instalado es porque tiene raíces que son profundas y para nada ajenas y que tal vez, poco tengan que ver con lo artístico en sí, si no más bien en un bajo auto estima como profesionales, ligado al estigma cruel y muy querido de "pobre pero honrado"
Trabajo en un medio (el circo) en el cual, cuánto más precario sé es, más humilde se considera, y por ende, trae consigo mejores valores humanos. ¿Esto que quiere decir? Que la desvalorización del trabajo artístico proviene de un valor primario que asocia la bondad humana con el desinterés al dinero.
Soy bueno porque no busco hacer plata. Soy mejor persona porque no quiero "matarte" con mi trabajo. Soy un artista más noble porque ejerzo desde el amor al arte y no accedo a ser "comercial". Así, crecemos a nivel profesional en un medio que valoriza lo humano alejado de lo monetario y cuando queremos transformar nuestro oficio en un medio de vida nos vemos contradecidos porque no queremos ser malos, ni comerciales, ni abusivos, entonces prácticamente pedimos permiso y perdón para ser y para reclamar lo que nos pertenece.
Los que no queremos pedir perdón ni permiso somos puestos contra el paredón. Bueno... dejenmé decirles que muchos estamos aprovechando el castigo para graffitear ese paredón y llenarlo de colores.
Creo que cuando algo está instalado es porque tiene raíces que son profundas y para nada ajenas y que tal vez, poco tengan que ver con lo artístico en sí, si no más bien en un bajo auto estima como profesionales, ligado al estigma cruel y muy querido de "pobre pero honrado"
Trabajo en un medio (el circo) en el cual, cuánto más precario sé es, más humilde se considera, y por ende, trae consigo mejores valores humanos. ¿Esto que quiere decir? Que la desvalorización del trabajo artístico proviene de un valor primario que asocia la bondad humana con el desinterés al dinero.
Soy bueno porque no busco hacer plata. Soy mejor persona porque no quiero "matarte" con mi trabajo. Soy un artista más noble porque ejerzo desde el amor al arte y no accedo a ser "comercial". Así, crecemos a nivel profesional en un medio que valoriza lo humano alejado de lo monetario y cuando queremos transformar nuestro oficio en un medio de vida nos vemos contradecidos porque no queremos ser malos, ni comerciales, ni abusivos, entonces prácticamente pedimos permiso y perdón para ser y para reclamar lo que nos pertenece.
Los que no queremos pedir perdón ni permiso somos puestos contra el paredón. Bueno... dejenmé decirles que muchos estamos aprovechando el castigo para graffitear ese paredón y llenarlo de colores.
JORGE SCHELLEMBERG: ¿Cómo imaginamos este país dentro de 20 años y como te gustaría que fuera? ¿Qué estamos haciendo hoy, sobre todo desde la cultura, para que sea como nos gustaría?

Leticia: No sé si respondo desde lo que imagino o desde lo que yo quisiera que fuera. Yo puedo decir, que tengo un sueño. Y mi sueño es que hayan más artistas viviendo de lo que aman hacer. VIVIENDO. No SOBREVIVIENDO. Eso sueño y con ese porqué en la cabeza me levanto y hago mi labor todos los días.
No me animo a hablar en plural, esto es una expectativa muy personal.
Desde lo que estamos haciendo, yo creo en esos varios locos sueltos que andan tirando como reguero de pólvora el mensaje de que se puede. Como todos ustedes, que fueron la voz de este Ciclo y animaron con su historia a enfocarse en la Pasión, en lo que nos mueve, como el único camino válido hacia la plenitud. Plenitud profesional y personal.
Nadando más en la superficie, puedo ver desde la cultura como organización social y de presencia económica, un cambio de consciencia, un despertar a la valorización, que sí o sí va a madurar sus frutos. Veo más atención hacia las necesidades y los actores de la cultura, y no solo desde los organismos específicamente culturales, si no también, desde organizaciones de la economía tradicional, como por ejemplo la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) que prestando atención a ese despertar, han ampliado su rango de alcance a los trabajadores de las industrias creativas y los han integrado a su campo de acción, emparejándola con la industria tradicional.
Estamos rompiendo paradigmas. Ese es el "hacer" más importante para que veinte años sean sinónimo de cambio y no de un simple paso en el almanaque.
No me animo a hablar en plural, esto es una expectativa muy personal.
Desde lo que estamos haciendo, yo creo en esos varios locos sueltos que andan tirando como reguero de pólvora el mensaje de que se puede. Como todos ustedes, que fueron la voz de este Ciclo y animaron con su historia a enfocarse en la Pasión, en lo que nos mueve, como el único camino válido hacia la plenitud. Plenitud profesional y personal.
Nadando más en la superficie, puedo ver desde la cultura como organización social y de presencia económica, un cambio de consciencia, un despertar a la valorización, que sí o sí va a madurar sus frutos. Veo más atención hacia las necesidades y los actores de la cultura, y no solo desde los organismos específicamente culturales, si no también, desde organizaciones de la economía tradicional, como por ejemplo la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) que prestando atención a ese despertar, han ampliado su rango de alcance a los trabajadores de las industrias creativas y los han integrado a su campo de acción, emparejándola con la industria tradicional.
Estamos rompiendo paradigmas. Ese es el "hacer" más importante para que veinte años sean sinónimo de cambio y no de un simple paso en el almanaque.
VICTORIA DÍAZ "LIMONCITA": ¿Cómo se proyecta tu emprendimiento de acá a 10 años? ¿Creés que va a haber más artistas emprendedores?

Leticia: Como si Jorge y Limoncita hubieran estado conectados con las preguntas futuristas.
Como muchos sabrán, mis emprendimientos son ramificaciones de un núcleo central, del emprendimiento madre que es Compañía CirComedia Uruguay. Tanto Artista Emprendedor como CircOh! son emprendimientos satélite que nacieron a través de necesidades que visualizamos trabajando y madurando con CirComedia.
Este núcleo viene mutando año a año y el enfoque va cerrándose cada vez más en transformar pasiones en formas de vida. Y de aquí a diez años esperamos haber tenido más casos de éxito de emprendedores artísticos que viven de lo que aman. Más acróbatas titulados ejerciendo de manera profesional y en especial, habiendo consolidado el ecosistema emprendedor artístico con el ecosistema emprendedor tradicional, en una comunión tan productiva como necesaria para lograr el cometido de vivir de lo que se ama.
Al mismo tiempo, estamos consolidando una relación muy fuerte con otros países, por lo tanto la internacionalización de nuestro trabajo es un nuevo horizonte que nos encontró distraídos pero que asumimos con muchísimo gusto y ya estamos trabajando para seguir tejiendo una red más grande con colegas de todo el mundo.
Sí, creemos fervientemente en nuestra cruzada. Creo que vamos a tener más artistas emprendedores, fieles a su oficio artístico al mismo tiempo que fieles a la idea de tener exactamente lo que merecen por ejercer ese oficio.
Como muchos sabrán, mis emprendimientos son ramificaciones de un núcleo central, del emprendimiento madre que es Compañía CirComedia Uruguay. Tanto Artista Emprendedor como CircOh! son emprendimientos satélite que nacieron a través de necesidades que visualizamos trabajando y madurando con CirComedia.
Este núcleo viene mutando año a año y el enfoque va cerrándose cada vez más en transformar pasiones en formas de vida. Y de aquí a diez años esperamos haber tenido más casos de éxito de emprendedores artísticos que viven de lo que aman. Más acróbatas titulados ejerciendo de manera profesional y en especial, habiendo consolidado el ecosistema emprendedor artístico con el ecosistema emprendedor tradicional, en una comunión tan productiva como necesaria para lograr el cometido de vivir de lo que se ama.
Al mismo tiempo, estamos consolidando una relación muy fuerte con otros países, por lo tanto la internacionalización de nuestro trabajo es un nuevo horizonte que nos encontró distraídos pero que asumimos con muchísimo gusto y ya estamos trabajando para seguir tejiendo una red más grande con colegas de todo el mundo.
Sí, creemos fervientemente en nuestra cruzada. Creo que vamos a tener más artistas emprendedores, fieles a su oficio artístico al mismo tiempo que fieles a la idea de tener exactamente lo que merecen por ejercer ese oficio.
DIANA BRESQUE: ¿Qué tiene que tener un artista emprendedor para trascender, para lograr vivir de esto ? ¿y qué diferencia a un artista de un artista emprendedor?

Leticia: Bueno... no hay una fórmula única para "ser" un artista emprendedor. Sí puedo distinguir en este tiempo de trabajo, ciertos patrones de conducta, o ciertos valores que se repiten entre los artistas emprendedores y los no emprendedores, porque son inherentes a su vida emprendedora.
Primero que nada, los mueve la misma pasión que mueve a cualquier artista que ama su oficio, pero es lo que yo llamo una "Pasión Proactiva". Son hacedores de espacios donde antes no los había. Amar el arte que ejercen los convierte en seres inquietos que buscan más allá de lo que el mundo les ofrece desde el mismo arte al que se entregan.
Por esto mismo, pude distinguir que son analistas de paradigmas. Es decir, estudian los paradigmas que rigen el mundo en el que viven, inclusive esas creencias limitantes que forman parte de su mundo interior. Pero las estudian con el fin de comprenderlas lo suficiente como para romperlos y construir algo nuevo sobre esas ruinas.
No son meros pensadores, son hacedores, y esa es una marca distintiva que se ve desde lejos. Cuando piensan algo ya están viendo la forma de aplicarlo, y es muy probable que los encuentres al tiempo y, con éxito o sin él, ya lo hayan llevado a cabo o estén en eso. Por lo general abren nuevos públicos, nuevos mercados, son más tolerantes a la crítica y la opinión no solicitada y no esperan que nadie vaya a buscarlos.
Y lo más importante, para mi, es que trabajan por el legado. No es el arte en sí mismo, no es el retorno económico, no es la fama, si no el legado que puedan dejar. A los que siguen, a los que vienen, a sus hijos, a quienes decidan creer en su propuesta. Trabajar por el legado implica pensar que estamos haciendo algo que puede abrirle el camino a alguien más, que los que vengan tengan un poco más de luz en el camino, que a pesar de que es idílico, podemos cambiar el mundo aunque sea para un puñado de gente. Creo que eso es trascender.
Primero que nada, los mueve la misma pasión que mueve a cualquier artista que ama su oficio, pero es lo que yo llamo una "Pasión Proactiva". Son hacedores de espacios donde antes no los había. Amar el arte que ejercen los convierte en seres inquietos que buscan más allá de lo que el mundo les ofrece desde el mismo arte al que se entregan.
Por esto mismo, pude distinguir que son analistas de paradigmas. Es decir, estudian los paradigmas que rigen el mundo en el que viven, inclusive esas creencias limitantes que forman parte de su mundo interior. Pero las estudian con el fin de comprenderlas lo suficiente como para romperlos y construir algo nuevo sobre esas ruinas.
No son meros pensadores, son hacedores, y esa es una marca distintiva que se ve desde lejos. Cuando piensan algo ya están viendo la forma de aplicarlo, y es muy probable que los encuentres al tiempo y, con éxito o sin él, ya lo hayan llevado a cabo o estén en eso. Por lo general abren nuevos públicos, nuevos mercados, son más tolerantes a la crítica y la opinión no solicitada y no esperan que nadie vaya a buscarlos.
Y lo más importante, para mi, es que trabajan por el legado. No es el arte en sí mismo, no es el retorno económico, no es la fama, si no el legado que puedan dejar. A los que siguen, a los que vienen, a sus hijos, a quienes decidan creer en su propuesta. Trabajar por el legado implica pensar que estamos haciendo algo que puede abrirle el camino a alguien más, que los que vengan tengan un poco más de luz en el camino, que a pesar de que es idílico, podemos cambiar el mundo aunque sea para un puñado de gente. Creo que eso es trascender.
LUIS ARMANDO: ¿Cómo ves el Arte y la Cultura en 2025?

Leticia: Preguntas difíciles si las hay.... (Menos mal que a mi no me tocó ser grabada)
Después de pensar largo y tendido, me doy cuenta de que no falta tanto para 2025. Quisiera creer que sí, pero 7 años no catalogan como un período muy extenso en lo que se refiere a medir el progreso socio-cultural de un país.
Creo que para ese entonces la tecnología habrá avanzado lo suficiente en su incansable velocidad e inmediatez como para terminar de incorporarse definitivamente a la cultura y ser una herramienta más íntima para el arte. No sabría, aún, determinar si eso será positivo o no, eso dependerá de los seres humanos que estemos detrás de ese proceso.
Por otro lado, esa inmediatez generada ya está moviendo inevitablemente las estructuras del sistema educativo artístico y ha generado, por un lado, estragos a la hora de enfrentar a los jóvenes con el compromiso formal requerido para las carreras, (un tema recurrente con algunos maestros de este ciclo que también ejercen la docencia) y por otro lado, ha sumado al aporte que tener el mundo en sus manos les permite para que los límites con el mundo que nos rodea sean cada vez más delgados.
Sea como sea, queramos o no, eso seguirá creciendo de aquí a 7 años, y... o lo vemos como una oportunidad de transformación y progreso, o quedaremos limitados al mundo que va quedando atrás.
Después de pensar largo y tendido, me doy cuenta de que no falta tanto para 2025. Quisiera creer que sí, pero 7 años no catalogan como un período muy extenso en lo que se refiere a medir el progreso socio-cultural de un país.
Creo que para ese entonces la tecnología habrá avanzado lo suficiente en su incansable velocidad e inmediatez como para terminar de incorporarse definitivamente a la cultura y ser una herramienta más íntima para el arte. No sabría, aún, determinar si eso será positivo o no, eso dependerá de los seres humanos que estemos detrás de ese proceso.
Por otro lado, esa inmediatez generada ya está moviendo inevitablemente las estructuras del sistema educativo artístico y ha generado, por un lado, estragos a la hora de enfrentar a los jóvenes con el compromiso formal requerido para las carreras, (un tema recurrente con algunos maestros de este ciclo que también ejercen la docencia) y por otro lado, ha sumado al aporte que tener el mundo en sus manos les permite para que los límites con el mundo que nos rodea sean cada vez más delgados.
Sea como sea, queramos o no, eso seguirá creciendo de aquí a 7 años, y... o lo vemos como una oportunidad de transformación y progreso, o quedaremos limitados al mundo que va quedando atrás.
PATRICIA ENRÍQUEZ: ¿Qué desafíos nuevos te vas a imponer?

Leticia: Bueno... el primer desafío que debería imponerme es tratar de imponerme menos desafíos.
Aunque no lo crean, mis mayores desafíos, a nivel personal, consisten en amainar el trabajo y los pendientes. Con el tiempo y la pasión desmedida por lo que hago me he encontrado en más de una oportunidad sobre girada y en una crisis de exceso de trabajo que ha disminuido mi productividad en repetidas ocasiones. Por este motivo, y luego de dejarme influenciar positivamente por algunos de mis mentores, me impuse el desafío de enfocarme y aprender a delegar.
Poner el foco en un lugar y saber decir (y decirme) que NO, es un gran trabajo que tengo por delante. Agachar la cabeza ante mis mentores y dejar que me reten por mis cuatro millones de proyectos que me distraen de mis objetivos es parte de mi tarea, al mismo tiempo que lo es saber delegar aquellos asuntos que ya no requieren de mí para ser ejecutados, asumiendo que serán realizados de otra manera y a riesgo de que ya no sea la mía.
Además de esto, o a pesar de, con respecto a lo laboral, junto con mi equipo abrazamos el desafío de la internacionalización de nuestro trabajo artístico y de formación. Por esto, yo misma estoy en la etapa de formación al respecto con las diferentes organizaciones que apoyan y mentorean a los emprendedores que abren su mercado al exterior y los preparan para gestionar estas posibilidades de expansión.
En el mercado que conocemos tocamos un techo, y con muchísimo gusto estamos abriéndole la puerta a nuevos horizontes posibles.
Aunque no lo crean, mis mayores desafíos, a nivel personal, consisten en amainar el trabajo y los pendientes. Con el tiempo y la pasión desmedida por lo que hago me he encontrado en más de una oportunidad sobre girada y en una crisis de exceso de trabajo que ha disminuido mi productividad en repetidas ocasiones. Por este motivo, y luego de dejarme influenciar positivamente por algunos de mis mentores, me impuse el desafío de enfocarme y aprender a delegar.
Poner el foco en un lugar y saber decir (y decirme) que NO, es un gran trabajo que tengo por delante. Agachar la cabeza ante mis mentores y dejar que me reten por mis cuatro millones de proyectos que me distraen de mis objetivos es parte de mi tarea, al mismo tiempo que lo es saber delegar aquellos asuntos que ya no requieren de mí para ser ejecutados, asumiendo que serán realizados de otra manera y a riesgo de que ya no sea la mía.
Además de esto, o a pesar de, con respecto a lo laboral, junto con mi equipo abrazamos el desafío de la internacionalización de nuestro trabajo artístico y de formación. Por esto, yo misma estoy en la etapa de formación al respecto con las diferentes organizaciones que apoyan y mentorean a los emprendedores que abren su mercado al exterior y los preparan para gestionar estas posibilidades de expansión.
En el mercado que conocemos tocamos un techo, y con muchísimo gusto estamos abriéndole la puerta a nuevos horizontes posibles.
IVÁN SOLARICH: El emprendedurismo artístico, ¿es para vos una necesidad ideológica, existencial, o meramente la resolución de una situación material?

"Para vos, desde el centro de tu persona" fue lo que me aclaró Iván luego de hacerme esta pregunta. Una pregunta que me encanta. Me encanta porque como seres humanos en evolución constante, mutamos y pasamos por diferentes etapas.
Para mí, como emprendedora y artista, el emprendedurismo fue, primero, una necesidad existencial. Muchos saben que mi primer emprendimiento, CirComedia, nació de un diagnóstico médico delicado que me llevó a cuestionarme siendo muy joven, que si algo me sucediera, nada de lo que soy yo, en esencia, le quedaría a mi hija que era aún una bebé. Y no me refería a la herencia económica, yo tenía miedo de que mi hija no pudiera heredar de mí esa pasión que me movía y que me había llevado a la decisión de mi vida de trabajar en el arte escénico. Yo tenía que dejar algo que perpetuara. Allí, comprendí aún sin consciencia plena, lo que era emprender y trabajar por el legado.
Con el tiempo y la evolución de mi emprendimiento y de mí con él, fui construyendo sobre la improvisación, el ensayo y el error una ideología al respecto. Empecé a entender que emprender no era solamente una manera de hacer las cosas, si no una forma de vivir, una forma de pensar, y fui haciéndome a en una filosofía profesional e ideológica, de las libertades que les generaba a las personas poder decidir sobre la construcción de su destino cada día. Y que, traspoladas a los artistas, las herramientas del emprendedurismo podrían ayudar a que existieran más artistas que vivan dignamente de lo que aman hacer, y no cargarlo como un mero hobby que les permite el tiempo libre del trabajo de oficina obligado de 8 horas.
Pero, hoy, sin miedo y sin vergüenza, y de hecho con mucho orgullo, puedo decir que también es la resolución de una situación material. Y no "meramente" si no, dignamente. Yo vivo de lo que amo, y al mismo tiempo con mis emprendimientos genero puestos de trabajo a otros artistas que también quieren vivir de lo que aman hacer, generamos puestos directos e indirectos, estables y parciales, y eso es una pilar de aporte de cualquier emprendedor que no debe perderse de vista.
Resumiendo, mi punto de partida fue existencia. Y creo que es el punto de partida de la mayoría. Porque los emprendedores se mueven desde una pasión inherente al existir. Los que emprenden pensando únicamente en resolver una situación material, se van a ver envueltos en una situación material aún más grave y es muy probable que el viaje sea corto.
Para mí, como emprendedora y artista, el emprendedurismo fue, primero, una necesidad existencial. Muchos saben que mi primer emprendimiento, CirComedia, nació de un diagnóstico médico delicado que me llevó a cuestionarme siendo muy joven, que si algo me sucediera, nada de lo que soy yo, en esencia, le quedaría a mi hija que era aún una bebé. Y no me refería a la herencia económica, yo tenía miedo de que mi hija no pudiera heredar de mí esa pasión que me movía y que me había llevado a la decisión de mi vida de trabajar en el arte escénico. Yo tenía que dejar algo que perpetuara. Allí, comprendí aún sin consciencia plena, lo que era emprender y trabajar por el legado.
Con el tiempo y la evolución de mi emprendimiento y de mí con él, fui construyendo sobre la improvisación, el ensayo y el error una ideología al respecto. Empecé a entender que emprender no era solamente una manera de hacer las cosas, si no una forma de vivir, una forma de pensar, y fui haciéndome a en una filosofía profesional e ideológica, de las libertades que les generaba a las personas poder decidir sobre la construcción de su destino cada día. Y que, traspoladas a los artistas, las herramientas del emprendedurismo podrían ayudar a que existieran más artistas que vivan dignamente de lo que aman hacer, y no cargarlo como un mero hobby que les permite el tiempo libre del trabajo de oficina obligado de 8 horas.
Pero, hoy, sin miedo y sin vergüenza, y de hecho con mucho orgullo, puedo decir que también es la resolución de una situación material. Y no "meramente" si no, dignamente. Yo vivo de lo que amo, y al mismo tiempo con mis emprendimientos genero puestos de trabajo a otros artistas que también quieren vivir de lo que aman hacer, generamos puestos directos e indirectos, estables y parciales, y eso es una pilar de aporte de cualquier emprendedor que no debe perderse de vista.
Resumiendo, mi punto de partida fue existencia. Y creo que es el punto de partida de la mayoría. Porque los emprendedores se mueven desde una pasión inherente al existir. Los que emprenden pensando únicamente en resolver una situación material, se van a ver envueltos en una situación material aún más grave y es muy probable que el viaje sea corto.
ÁLVARO LOUREIRO Y VIVIÁN SANDLERIS: ¿Los artistas uruguayos estaríamos dispuestos a unirnos para luchar para conseguir la difusión en los medios? La difusión que merecemos.

La verdad es que puedo ser bastante pesimista en este tema.
A ver, creo que algunos artistas estarían dispuestos a eso, porque es un tema recurrente que queda sobre la mesa en el colectivo artístico uruguayo. La falta de interés de la prensa, la falta de difusión, etc. Pero la realidad, es que no deja de ser un mundo de intereses creados, donde los que se ven beneficiados por la poca difusión hacia afuera porque implica mayor atención a unos pocos de adentro, no van a estar dispuestos a unirse a ninguna lucha.
Cuando hay intereses de por medio, hay una resistencia desde el mismo colectivo que impide la unidad. Así que por ese lado mi respuesta es NO. Y me detengo también en palabras de dos maestros de este ciclo que dijeron grandes verdades al respecto: Jorge Schellemberg dijo que el colectivo artístico sufre de las mismas miserias y mezquindades que cualquier otro colectivo humano y eso también se refleja en la problemática de la difusión de unánime del trabajo artístico. Por otro lado, Luis Armando, siendo un hombre de comunicación y activo en el mundo de prensa, ahondó más en este asunto y habló de leyes: "hay que crear leyes". Y creo que por ese lado sí, podría ser más amistoso y más efectivo el lograr la difusión que merecemos, como indica Álvaro.
Es un camino más largo de lo que se cree, pero por supuesto, completamente viable.
A ver, creo que algunos artistas estarían dispuestos a eso, porque es un tema recurrente que queda sobre la mesa en el colectivo artístico uruguayo. La falta de interés de la prensa, la falta de difusión, etc. Pero la realidad, es que no deja de ser un mundo de intereses creados, donde los que se ven beneficiados por la poca difusión hacia afuera porque implica mayor atención a unos pocos de adentro, no van a estar dispuestos a unirse a ninguna lucha.
Cuando hay intereses de por medio, hay una resistencia desde el mismo colectivo que impide la unidad. Así que por ese lado mi respuesta es NO. Y me detengo también en palabras de dos maestros de este ciclo que dijeron grandes verdades al respecto: Jorge Schellemberg dijo que el colectivo artístico sufre de las mismas miserias y mezquindades que cualquier otro colectivo humano y eso también se refleja en la problemática de la difusión de unánime del trabajo artístico. Por otro lado, Luis Armando, siendo un hombre de comunicación y activo en el mundo de prensa, ahondó más en este asunto y habló de leyes: "hay que crear leyes". Y creo que por ese lado sí, podría ser más amistoso y más efectivo el lograr la difusión que merecemos, como indica Álvaro.
Es un camino más largo de lo que se cree, pero por supuesto, completamente viable.
CRISTINA IBARRA: ¿Qué consejos nos podés dar, más a nivel empresarial, a los nuevos emprendedores en el arte que estamos tan ajenos a ese mundo para poder hacer que estos proyectos artísticos puedan avanzar y crecer como hiciste crecer el tuyo?

¡Salgan del termo! Ese es mi primer y principal consejo. ¡Salgan al mundo que los rodea! Conozcan gente, rodeensé de personas que no sean artistas, abran la cancha, porque ser artista es el corazón del emprendimiento pero hay más órganos que alimentan ese cuerpo creado.
Los artistas solemos relacionarnos con el entorno que nos rodea de manera muy selectiva: en el entorno artístico. Y obvio que es así, pero no únicamente así. Estudiamos el arte que nos concierne a la decisión de ser artistas, nos especializamos en talleres y/o cursos referentes al arte que practicamos, hablamos sobre arte y creaciones artísticas con colegas artistas que nos entienden, nuestros amigos en su mayoría suelen estar relacionados con el mundo artístico (y por lo general también nuestras parejas) y así vamos... creando nuestro entorno en un colectivo que nos resulta cómodo y familiar: el colectivo artístico.
Fenomenal. Pero cuando nos topamos con el proyecto, con el emprendimiento artístico, nos damos cuenta que en la escuela (de artes, teatro, música, danza, circo, etc) nos enseñaron a ser y ejecutar el arte en cuestión. ¿Y lo demás? Ah, cierto... eso está en el otro planeta. Ese que no pisamos, porque yo soy artista.
Entonces, comencemos a limpiarnos de prejuicios. No vamos a dejar de ser artistas por ir a estudiar administración de empresas, o por leer libros sobre emprendedores en vez de libros de literatura clásica, no va a decaer nuestra ética ni nuestra calidad como creadores por asistir a encuentros donde podemos conocer emprendedores y empresarios de la economía tradicional que tienen esa otra información, esa otra cantidad de órganos que le faltan a mi emprendimiento.
Yo salgo de una función de Circo y me voy a encontrar con colegas emprendedoras que son abogadas, contadoras, economistas, directoras de tiendas de ropa, carteras, zapatos, asesoras de esto o aquello, y ellas no me dicen "ah no... acá no recibimos acróbatas de circo" ¡Al contrario! Me apoyan, me motivan, me dan asesoramiento y me ayudan a resolver las diferentes situaciones que se me presentan a diario. Luego vuelvo a nuestro galpón, me calzo las calzas, las botas de trapecio y sigo dando clases de circo. Y sigo siendo Leticia.
Soy miembro de la Sociedad Uruguaya de Actores y de AGADU pero también de la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay. Estudio y me perfecciono en las disciplinas artísticas que elegí como acróbata pero también asisto a talleres de formación de empresarios en organizaciones como Endeavor e incubadoras de todo tipo. ¡Y en todos lados hay personas, que en lo único que se diferencian es en el rubro que emprenden! Personas generosas con su tiempo que están dispuestos a ayudar a los nuevos empresarios, y en su mayoría, todas las actividades son gratuitas.
Eso otro.... segundo. Cristina sin pudor alguno dijo la mala palabra "EMPRESARIAL". Esa palabra que tanto rechazo nos genera a los artistas. Así que mi otro gran consejo es: despojensé del prejuicio detrás del rol del EMPRESARIO. Hay empresarios buenos y otros malos. Así como hay artistas buenos y otros malos.
Las herramientas empresariales son tan vitales para un proyecto artístico como lo es el conocimiento del arte que fundamenta ese proyecto. Así que estudien, estudien mucho. Entren al mundo que no les resulta cómodo. Pueden acercarse a las diferentes organizaciones que están dispuestas a apoyar a los emprendedores de todos los tipos, inclusive los artísticos.
Lean sobre herramientas de apoyo a emprendedores, lean libros, tomen cursos, audio cursos, pidanlé a alguien con más experiencia que los ayude, que sea su mentor, y todo lo que se les ocurra. Hay un sinfín de recursos en el mundo real y en el mundo virtual.
Con Artista Emprendedor ese es parte de mi trabajo: CONECTAR. A los artistas con las diferentes organizaciones que pueden ayudarlos a catapultar su proyecto. Así que por supuesto estoy a la orden para quienes quieran saber más al respecto. Siempre pueden contactarme a través de info@artistaemprendedor.com
Los artistas solemos relacionarnos con el entorno que nos rodea de manera muy selectiva: en el entorno artístico. Y obvio que es así, pero no únicamente así. Estudiamos el arte que nos concierne a la decisión de ser artistas, nos especializamos en talleres y/o cursos referentes al arte que practicamos, hablamos sobre arte y creaciones artísticas con colegas artistas que nos entienden, nuestros amigos en su mayoría suelen estar relacionados con el mundo artístico (y por lo general también nuestras parejas) y así vamos... creando nuestro entorno en un colectivo que nos resulta cómodo y familiar: el colectivo artístico.
Fenomenal. Pero cuando nos topamos con el proyecto, con el emprendimiento artístico, nos damos cuenta que en la escuela (de artes, teatro, música, danza, circo, etc) nos enseñaron a ser y ejecutar el arte en cuestión. ¿Y lo demás? Ah, cierto... eso está en el otro planeta. Ese que no pisamos, porque yo soy artista.
Entonces, comencemos a limpiarnos de prejuicios. No vamos a dejar de ser artistas por ir a estudiar administración de empresas, o por leer libros sobre emprendedores en vez de libros de literatura clásica, no va a decaer nuestra ética ni nuestra calidad como creadores por asistir a encuentros donde podemos conocer emprendedores y empresarios de la economía tradicional que tienen esa otra información, esa otra cantidad de órganos que le faltan a mi emprendimiento.
Yo salgo de una función de Circo y me voy a encontrar con colegas emprendedoras que son abogadas, contadoras, economistas, directoras de tiendas de ropa, carteras, zapatos, asesoras de esto o aquello, y ellas no me dicen "ah no... acá no recibimos acróbatas de circo" ¡Al contrario! Me apoyan, me motivan, me dan asesoramiento y me ayudan a resolver las diferentes situaciones que se me presentan a diario. Luego vuelvo a nuestro galpón, me calzo las calzas, las botas de trapecio y sigo dando clases de circo. Y sigo siendo Leticia.
Soy miembro de la Sociedad Uruguaya de Actores y de AGADU pero también de la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay. Estudio y me perfecciono en las disciplinas artísticas que elegí como acróbata pero también asisto a talleres de formación de empresarios en organizaciones como Endeavor e incubadoras de todo tipo. ¡Y en todos lados hay personas, que en lo único que se diferencian es en el rubro que emprenden! Personas generosas con su tiempo que están dispuestos a ayudar a los nuevos empresarios, y en su mayoría, todas las actividades son gratuitas.
Eso otro.... segundo. Cristina sin pudor alguno dijo la mala palabra "EMPRESARIAL". Esa palabra que tanto rechazo nos genera a los artistas. Así que mi otro gran consejo es: despojensé del prejuicio detrás del rol del EMPRESARIO. Hay empresarios buenos y otros malos. Así como hay artistas buenos y otros malos.
Las herramientas empresariales son tan vitales para un proyecto artístico como lo es el conocimiento del arte que fundamenta ese proyecto. Así que estudien, estudien mucho. Entren al mundo que no les resulta cómodo. Pueden acercarse a las diferentes organizaciones que están dispuestas a apoyar a los emprendedores de todos los tipos, inclusive los artísticos.
Lean sobre herramientas de apoyo a emprendedores, lean libros, tomen cursos, audio cursos, pidanlé a alguien con más experiencia que los ayude, que sea su mentor, y todo lo que se les ocurra. Hay un sinfín de recursos en el mundo real y en el mundo virtual.
Con Artista Emprendedor ese es parte de mi trabajo: CONECTAR. A los artistas con las diferentes organizaciones que pueden ayudarlos a catapultar su proyecto. Así que por supuesto estoy a la orden para quienes quieran saber más al respecto. Siempre pueden contactarme a través de info@artistaemprendedor.com
ENRIQUE TOPOLANSKY: Lo que más me interesa es conocer el momento en que se despertó tu vocación. ¿Cuándo hiciste el click y dijiste "quizás soy un poco anti-sistema"? ¿Cómo descubriste el momento en el cual hoy por hoy te brillan los ojos gracias a eso?

Leticia: Antes que nada debo decir que Enrique es un gran maestro al que de tanto brillo en los ojos a uno lo encandila. Una gran inspiración...
Un poco más arriba adelanté algo de ese momento. En realidad, mi vocación como artista se despertó muy joven.
A los 14-15 años tenía un desempeño académico nefasto. Mi carnet en el liceo eran puros puntos rojos y mis llamados de atención por el bajo rendimiento obtenido eran constantes. Mis profesores coincidían en que podía ser brillante a la hora de proponer y aportar, pero que estaba claro que no ponía ningún interés a la hora de demostrarlo académicamente en un oral, escrito, y porqué no decirlo, a la hora de cumplir con las asistencias. Por mi lado, yo me sentía incomprendida, me aburría. Me sentía como perro verde.
Así que en cuarto de liceo me mandaron a hablar con la psicóloga a tratar mis notas bajas, mi desinterés por las actividades académicas y también otro poco, mi desinterés por las actividades que implicaban tener un millón de amigos. Entonces la psicóloga tuvo la maravillosa idea de enviarme al taller de teatro del colegio, porque existen quienes aún ven el teatro como terapia, y yo con tal de cumplir mi "castigo" y "curarme" ante los ojos de los adultos, accedí a sumarme al club de los inadaptados, a donde mandaban a todos los perros verdes del liceo: el taller de teatro.
Y hasta el día de hoy lo agradezco, porque fue como sacar un pasaje de ida. Allí conocí a mi Maestro (lo sigue siendo hasta el día de hoy), Juan Antonio González Urtiaga, actor, director, dramaturgo, y el mayor investigador e historiador de Circo Criollo que existe en nuestro país. Con él descubrí mi vocación como actriz primero y como artista de circo después. Así que ese fue mi click en la elección de mi carrera.
A los 18 años me fui a vivir a Argentina con el fin de ingresar a la carrera como actriz en la ETBA (Escuela de Teatro de Bs. As) y de ahí en más me dediqué a viajar y estudiar para mejorar en el oficio que había elegido para mi vida.
El segundo click, lo hice, como dije más arriba, cuando con 23 años un diagnóstico médico me enfrentó a una realidad distinta. Había sido madre hacía pocos meses, quedamos solas porque el padre decidió que eso no era para él, y para cumplir con mi rol de adulta y darle una vida "digna" me había alejado de lo que me apasionaba para trabajar en algo "en serio" y poner la comida en la mesa. Así que ese diagnóstico fue un sacudón, un despertar, y en lo único que pensé fue en que tenía que dejar algo más, algo grande, algo que fuera proporcional al amor que yo le tenía a mi oficio, y quería que mi hija lo heredara. No por el valor económico, si no que heredara el legado de que los sueños no se abandonan y que se alimentan para poder crecer. En ese momento hice el click, estaba en la cama de un sanatorio y creé CirComedia.
CirComedia es el corazón de mi trabajo. Me enseñó todo lo que vino después, en especial que mi formación artística no era suficiente para todo lo que requería llevar una Compañía adelante. Mi formación como emprendedora comenzó varios años después de la fundación de Circomedia, cuando la necesidad de romper muros se me hizo evidente. Y de la necesidad de crecer es que con mi socio y mi equipo vimos que Uruguay era un país muy limitado pero que eso no debería impedirnos abrir los espacios que no estaban abiertos. Así surgió CircOh! nuestra marca fabricante de equipamiento para acróbatas, porque nos cansamos de viajar para poder conseguir nuestro material de trabajo. Y así surgió Artista Emprendedor, porque nos cansamos de recibir a jóvenes desmotivados porque "del arte en Uruguay no se puede vivir".
Así que si puedo resumir, diría que el cansancio puede ser muy bueno. Y que muchos clicks son producto del cansancio. Hay quienes se cansan y se tiran a dormir. Pero hay otros que se cansan y deciden tomar acción para que ese cansancio no se repita. Por ellos es por quienes decidimos emprender esta cruzada.
Un poco más arriba adelanté algo de ese momento. En realidad, mi vocación como artista se despertó muy joven.
A los 14-15 años tenía un desempeño académico nefasto. Mi carnet en el liceo eran puros puntos rojos y mis llamados de atención por el bajo rendimiento obtenido eran constantes. Mis profesores coincidían en que podía ser brillante a la hora de proponer y aportar, pero que estaba claro que no ponía ningún interés a la hora de demostrarlo académicamente en un oral, escrito, y porqué no decirlo, a la hora de cumplir con las asistencias. Por mi lado, yo me sentía incomprendida, me aburría. Me sentía como perro verde.
Así que en cuarto de liceo me mandaron a hablar con la psicóloga a tratar mis notas bajas, mi desinterés por las actividades académicas y también otro poco, mi desinterés por las actividades que implicaban tener un millón de amigos. Entonces la psicóloga tuvo la maravillosa idea de enviarme al taller de teatro del colegio, porque existen quienes aún ven el teatro como terapia, y yo con tal de cumplir mi "castigo" y "curarme" ante los ojos de los adultos, accedí a sumarme al club de los inadaptados, a donde mandaban a todos los perros verdes del liceo: el taller de teatro.
Y hasta el día de hoy lo agradezco, porque fue como sacar un pasaje de ida. Allí conocí a mi Maestro (lo sigue siendo hasta el día de hoy), Juan Antonio González Urtiaga, actor, director, dramaturgo, y el mayor investigador e historiador de Circo Criollo que existe en nuestro país. Con él descubrí mi vocación como actriz primero y como artista de circo después. Así que ese fue mi click en la elección de mi carrera.
A los 18 años me fui a vivir a Argentina con el fin de ingresar a la carrera como actriz en la ETBA (Escuela de Teatro de Bs. As) y de ahí en más me dediqué a viajar y estudiar para mejorar en el oficio que había elegido para mi vida.
El segundo click, lo hice, como dije más arriba, cuando con 23 años un diagnóstico médico me enfrentó a una realidad distinta. Había sido madre hacía pocos meses, quedamos solas porque el padre decidió que eso no era para él, y para cumplir con mi rol de adulta y darle una vida "digna" me había alejado de lo que me apasionaba para trabajar en algo "en serio" y poner la comida en la mesa. Así que ese diagnóstico fue un sacudón, un despertar, y en lo único que pensé fue en que tenía que dejar algo más, algo grande, algo que fuera proporcional al amor que yo le tenía a mi oficio, y quería que mi hija lo heredara. No por el valor económico, si no que heredara el legado de que los sueños no se abandonan y que se alimentan para poder crecer. En ese momento hice el click, estaba en la cama de un sanatorio y creé CirComedia.
CirComedia es el corazón de mi trabajo. Me enseñó todo lo que vino después, en especial que mi formación artística no era suficiente para todo lo que requería llevar una Compañía adelante. Mi formación como emprendedora comenzó varios años después de la fundación de Circomedia, cuando la necesidad de romper muros se me hizo evidente. Y de la necesidad de crecer es que con mi socio y mi equipo vimos que Uruguay era un país muy limitado pero que eso no debería impedirnos abrir los espacios que no estaban abiertos. Así surgió CircOh! nuestra marca fabricante de equipamiento para acróbatas, porque nos cansamos de viajar para poder conseguir nuestro material de trabajo. Y así surgió Artista Emprendedor, porque nos cansamos de recibir a jóvenes desmotivados porque "del arte en Uruguay no se puede vivir".
Así que si puedo resumir, diría que el cansancio puede ser muy bueno. Y que muchos clicks son producto del cansancio. Hay quienes se cansan y se tiran a dormir. Pero hay otros que se cansan y deciden tomar acción para que ese cansancio no se repita. Por ellos es por quienes decidimos emprender esta cruzada.
¡Gracias a todos por esta entrevista invertida!
Fue un placer compartir este ciclo y aprender de su trayecto.
Leticia Mato.
Fue un placer compartir este ciclo y aprender de su trayecto.
Leticia Mato.
Ciclo ELLOS LO HICIERON | Idea original: Artista Emprendedor con el apoyo de CIE - Centro de Innovación y Emprendimientos ORT y Red Emprende Cultura
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