![]() Hace unos días se me rompió la heladera. Llamé a un técnico. Le comenté que no sabía bien cual era el desperfecto y que tenía $ 1.000 para pagar el arreglo. Además le precisé que debía venir el jueves y trabajar durante cuatro horas. Eso sí, le aseguré que haría promoción en mis redes sociales para que todos los que tuvieran problemas con su heladera lo conocieran, y así tener más clientes. El técnico me respondió: “ Sí, claro. Ahí estaré. Ya te mando mi foto para que empieces la difusión”. ¿Te parece extraña y hasta ridícula esta historia? Sí, lo es. En realidad el técnico vino a casa, revisó la heladera y diagnosticó el problema. Acto seguido, me pasó un presupuesto exacto, calculado según costos de materiales y mano de obra. Esto es lo esperable y cotidiano, pero no es lo que sucede en el mundo artístico.
Es usual recibir llamadas de empresas, organizadores de eventos, productoras, particulares, etc, que desean contratar artistas y comienzan la conversación con las exigencias requeridas para luego culminar con: “y pagamos tanto… Además, en el show entregaremos programas con tu logo y vamos a difundir mucho en redes sociales” En todos los casos suelo contestar “déjeme su mail y le enviaremos a la brevedad un presupuesto. En caso de que lo aprueben solicitamos una seña para proceder a la preparación del show” Pero tengo claro que enseguida llamarán a otro artista que contestará “sí, claro. Ahí estaré. Ya te mando mi foto para que empiecen la difusión” “Normalmente” con los artistas es así. No es nada del otro mundo. De hecho, es la forma en que se realizan la mayoría de las contrataciones. Si lo miramos de un lado cómodo y obvio, podemos juzgar al contratante y decir que es un irrespetuoso por ponerle valor al trabajo del artista, que suele ser bastante más bajo que el real. Podemos pensar que la gente no respeta el trabajo artístico; que por eso muchos no pueden vivir del arte y hasta terminan trabajando gratis. Pero, si nos ponemos autocríticos y observamos más allá, podemos cuestionarnos por qué los artistas suelen acceder a condiciones que desvalorizan su oficio. Podemos entender que, si usualmente el artista accede a trabajar de esa manera, entonces el contratante entiende que esa es la forma correcta. En conclusión, responde a lo que el trabajador del arte manifiesta. ¿Qué pasaría si todos los artistas al ser llamados a trabajar respondieran “el trabajo le va a salir tanto”? Lo más probable es que terminemos educando a una sociedad a la que tenemos mal enseñada con esto de que los artistas aceptamos cualquier trabajo porque en Uruguay del arte no se puede vivir. Es decir, por necesidad; por figurar; por aparecer en las redes sociales y que el mundo me conozca. Aquí aplica a la perfección eso de “no sos vos, soy yo” Soy yo, artista, que me da vergüenza cobrar y pasar un número que le dé valor a mi conocimiento, a mi inversión constante para ser mejor en mi trabajo. Es mi pánico ante la pregunta “¿cuánto me cobrás?” a la que no puedo responder sin sentirme mala persona, interesado, culpable. Culpa deberíamos sentir por regalar lo que tanto esfuerzo nos costó conseguir. Culpa deberíamos sentir por llamarnos profesionales de un arte al que solo podemos dedicarle el tiempo que nos resta después de las ocho horas, cual hobbie, porque no logramos capitalizar y honrar lo que amamos hacer. Porque capitalizar y honrar son opuestos que no conviven en la poesía de algunos artistas. Eso está bien si somos felices con nuestra decisión y vivimos en coherencia con ella. Pero pierde sentido cuando nos quejamos de lo injusto que es que los artistas no sean valorados. La respuesta a la pregunta ¿quién le pone precio a mi trabajo? siempre debe ser YO. Leticia Mato - Fundadora y CEO Compañía CirComedia Uruguay Artículo editado por Gabriela Malvasio - El Observador
4 Comentarios
22/1/2020 12:18:16 pm
Mi Nombre es Emilio, hago del circo mi oficio desde el 2013 y no me pudo caer este artículo en mejor momento, haciendo mi curriculum artístico y dossier.
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23/1/2020 02:02:42 pm
Hola Emilio, gracias por tus comentarios.
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Fatima
23/1/2020 10:59:43 am
me parece genial lo narrado en este libro , en mi vida particular amo el arte en todas sus versiones musica y danza , escultura y siempre estoy conectandome en ello ahora con la musica , lo que no logro decifrar aun es poder comunicarme de forma eficaz para trasmitir lo que siento a un publico en las redes .
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23/1/2020 02:05:09 pm
Hola Fátima, gracias a ti por dejar tu comentario.
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